"Me encanta beber." Así de tajante se mostraba Tamara. Sin trabajo, sin ninguna inquietud y sin la valentía sufiente para afrontar sus problemas y sus miedos, Tamara se refugiaba en el alcohol para evadirse de sus problemas. "Tengo una mierda de familia. Bebo para evadirme de la realidad. Me siento eufórica, hiperactiva, siempre estoy en movimiento, de risas....", decía Tamara.