David y Louvetot salen en persecución de los secuestradores de Nicki y Lyès, la compañera del suboficial. Este último juego de persecución les lleva a un bosque donde vive un viejo ermitaño apodado el Indio, que no es otro que el padre de Nicki. David le reconoce... No muy lejos se encuentra el monasterio donde empezó todo. Allí les espera una obra final compuesta para ellos.