Shaun, el miembro de un grupo de rock con éxito, es hallado muerto en la habitación de un hotel tras una fiesta. Según las primeras investigaciones, el chico solía jugar al póker y dejar algunas deudas, pero Shark y su equipo pronto descartan que ése fuera el móvil del crimen. El fiscal descubre los turbios negocios de un miembro de la banda con una revista especializada en celebridades y limita el cerco de sospechosos al propio grupo. Shark detiene al cantante y fuerza así a sus componentes a contar la verdad sobre la muerte de su compañero.