París 1800, Noche Buena. Napoleón, Primer Cónsul, se escapa por los pelos de un atentado. Aconsejado por Talleyrand, su ministro, organiza el secuestro y posterior arresto del duque de Enghien, primo de Luis XVI y presunto cabecilla del complot. La ejecución de Enghien le asegura el apoyo de los Jacobinos, quienes en él ven el único hombre capaz de impedir el retorno de la monarquía. Napoleón es consagrado Emperador de Francia. Las principales potencias de Europa, sin embargo, no reconocen su legitimidad y le declaran la guerra.