Óscar sufre el acoso de un operativo policial que le obliga a atrincherarse en la cripta de forma desesperada. Haro ejecuta el último paso de su ansiado plan de venganza contra Lucía, que se revuelve rabiosa e indefensa en la telaraña de engaños y medias verdades que el aristócrata ha ido tejiendo cuidadosamente a su alrededor. Mientras tanto, Mariana se juega su destino a una sola carta.