Las niñas de Lola desayunan en su casa con ella preparándoles pan con tomate, es una conversación algo caótica, van con prisa, sus hijas tienen que estar en unos minutos con su padre, van a ir al zoo. Encuentro del exmarido, ambos se saludan con frialdad. Tras marcharse, Lola saca su móvil con 8 llamadas perdidas. Lola cambia su actitud: de madre entregada a profesional con prisa. Llega a un plató donde va a grabar un vídeo musical. Entra pisando fuerte, con una sonrisa en la cara y toda la confianza del mundo. Todos le miran, por su actitud vemos que es una estrella, llena de energía, ordenando y dirigiendo. Son las dos facetas de la actual Lola.