Geralt vuelve al rastro del brujo. En las ruinas del castillo, salva a Yurga, un comerciante que conoció por casualidad. Con la Ley de la sorpresa de Witcher, Geralt obliga a Yurga a devolverle a cambio de salvarle la vida lo que encuentra en casa y lo que no esperaba. Después de luchar contra las criaturas aladas, el brujo gravemente herido va con el comerciante a su casa. Allí espera una niña adoptada en medio de la confusión de la guerra: la princesa Ciri de Cintra, a quien Geralt estaba buscando. El destino se llena.