Durante sus casi cincuenta años en el mundo del espectáculo, Bill Cosby se convirtió en una de las celebridades negras más reconocidas de Estados Unidos: su carrera era un modelo de excelencia para millones de estadounidenses, hasta que los dolorosos testimonios de decenas de mujeres destaparon la siniestra mueca que se escondía tras la sonrisa del llamado papá de América.