La teniente Giner revisa el lugar donde cayeron al mar los cuatro chicos sospechosos de violar a Alba, pero hay algo que no le encaja. Alba comparte confidencias con Tirso y da plantón a Bruno en una merienda familiar a la que decide no asistir. Giner reitera sus preguntas a una Alba que evitar dar detalles y le advierte que el caso se cerrará si no hay más pruebas. Rubén está inquieto e intenta asegurarse la lealtad de Hugo, frente a su primo Jacobo. Alba y Bruno revisan las cajas de la mudanza de Madrid y ella va tirando a la basura todos los recuerdos que les vinculan, sin contemplaciones. Exige a Bruno que planifique algo para salir de este infierno.