El joven Stephen Vogt descubre en una excavación arqueológica alemana en Israel el esqueleto de un hombre de 2000 años de antigüedad. Lo más sorprendente es que junto a los restos se halla una bolsa con el manual de una videocámara. Su teoría de que se trató de un viajero del tiempo que pretendió filmar a Jesús causará las burlas de todo el equipo.