Durante décadas, la familia Pujol fue una familia emblemática en la sociedad catalana. Jordi, el cabeza de familia y presidente de la Generalitat durante 23 años (1980-2003), estaba considerado un referente no solo político, sino también cívico y moral. En los últimos años, tanto él como su esposa, Marta Ferrusola, y sus siete hijos han estado en el foco de diferentes escándalos de corrupción. Se les acusa de cometer fraude a Hacienda, blanqueo y evasión de capitales y, en definitiva, de actuar sistemáticamente como un clan mafioso.