Safiye está inesperadamente animada y alegre después de su decepción. Naci, por otro lado, lucha desesperadamente por resolver el aprieto en el que se encuentra. Aunque Gülben está preocupada por el estado de Safiye, no puede hacer nada. Por otro parte, le preocupa que el día que pasará con Şennur y su élite vaya bien. Sin embargo, algunos hechos que tendrá que enfrentar la arrastrarán a una ansiedad aún más profunda. El paso que dé para deshacerse de sus miedos de una vez puede significar el fin de sus sueños. El regreso de Ceylan abre una herida que nunca ha sanado en Han, que descarga su ira en la persona que causó las heridas de Rüya.