Una fotografía descartada, con Kimble de fondo, lleva a Gerard a Chicago, donde reúne a un equipo de detectives que atrapan a Kimble en un radio de ocho cuadras de la ciudad. Con Kimble deambulando de un lugar a otro y siendo reconocido por cualquiera con quien entre en contacto, huye tanto de la policía como de los ciudadanos locales y encuentra refugio en una pequeña casa que es el hogar de dos hombres de mediana edad, llamados Jake Devlin y Sam. Reed, quien ha discutido durante mucho tiempo sobre su inocencia.