En 2014 la Fundación V-A-C, propiedad de uno de los oligarcas rusos más ricos del mundo, adquirió la abandonada central eléctrica de Moscú GES-2 con el propósito de dotar de energía cultural a toda la ciudadanía, y encargó el proyecto al arquitecto Renzo Piano. Durante cinco años la directora disfrutó de un acceso privilegiado a operarios, constructores, supervisores del proyecto y arquitectos. Nastia Korkia nos propone, con muchas dosis de humor, un retrato cercano, coral y no cronológico de la transformación de este gran edificio en un centro cultural.