Provincia de Ciudad Real, España, 29 de diciembre de 1990. Durante la marcha anual a la cárcel de Herrera de la Mancha, celebrada en apoyo a los miembros de la banda terrorista ETA allí encarcelados, el grupo de rock vasco Negu Gorriak celebra un concierto, que es grabado, editado en vídeo y convertido en una herramienta de reivindicación. Décadas después, un equipo de rodaje intenta elaborar un ensayo personal en torno a este acontecimiento y su significado.