Clara, que lleva dos años viviendo una vida sencilla y acomodada en Argentina, vuelve para reencontrarse con sus tres hermanos en la casa de los abuelos, donde veraneaban de pequeños, y celebrar juntos la noche de San Juan. Llega con una gran ilusión, pero lo que tenía que ser una celebración se convierte en un cúmulo de silencios y tensiones al descubrir que Mireia, la menor de los cuatro, se está prostituyendo con un hombre del pueblo.