Flora y Max no están preparados para la paternidad. Incluso son incapaces de ponerle nombre a la criatura que acaban de tener. Max piensa que es un niño, mientras que Flora dice que, según los doctores, pueden decidir más tarde el sexo del bebé. Esta comedia negra sobre la dificultad de ser un buen padre y la der ser un niño está escrita en un estilo travieso y absurdo, y aunque trata temas controvertidos, tiene un final feliz.