Un tuareg sentado habla a cámara para explicar el exterminio de su pueblo rebelde. Con la cara oculta y vestido de azul, indica cómo debe grabarse su testimonio: sin su imagen, sin su voz. A partir de ese momento, los subtítulos muestran sus argumentos. La memoria histórica tuareg se transmite oralmente y se transcribe en la pantalla explorando momentos de la vida cotidiana y festividades originarias de este pueblo del desierto. Un documento mudo, pero con música, sobre la comunidad tuareg. Un pueblo ignorado por los medios de comunicación que está siendo sistemáticamente masacrado por el ejército de su país. De espacio abierto, el desierto ha pasado a ser su cárcel.