Cuarta entrega de las aventuras del casposo policía José Luis Torrente. En esta ocasión encontramos a nuestro (anti)héroe en una situación delicada. Tras varios intentos fallidos de llevar una vida digna (como si eso fuese posible atrapado en su propia piel), decide aceptar un peligroso encargo que le hace un viejo conocido. Tendrá que afrontar entonces uno de los momentos mas críticos de su carrera. Todo empieza con Torrente ante la tumba de "El Fary", lamentando la muerte del cantante, así como que "los maricones ahora se casen", o que "hayan puesto a un negro en la Casa Blanca, y no para limpiar"...