Lucía y su hijo de ocho años, Braulio, se entretienen atendiendo radionovelas y películas. Ella anhela una vida mejor en la ciudad; ambición a la que Rigoberto, su marido, se opone. Una noche, madre e hijo, ante la ausencia del padre, dejan entrar a la casa a un hombre desconocido; el forastero, que tiene la apariencia de los héroes de las ficciones que les gustan.