Al morir su padre la joven protagonista debe soportar las injusticias de su madrastra. Su vida cambia cuando aparece el tío Carlos, un hombre generoso que padece de ceguera y que se enamora de la profesora del pueblo, quien le corresponde ardientemente. Como se trataba de una producción chilena de consumo popular no podían faltar las ramadas, las cuecas y los huasos.