El asesinato de tres profesionales comunistas en marzo de 1985, conocido como el “caso degollados”, fue uno de los crímenes de mayor impacto ocurridos durante la dictadura chilena. Manuel Guerrero Ceballos era una de la víctimas y ese día la vida de su hijo Manuel cambia para siempre. Se transformó en un ícono de la resistencia. Hoy, inicia un viaje a los lugares donde vivió su exilio político, lo que lo lleva a enfrentar el dolor y la rabia. Una experiencia que se convierte en un acto de sanación.