Diez años después de Dieu sait quoi, Pollet realiza su último proyecto, que será póstumo: si allí transfiguraba los objetos de su entorno desde la imagen en movimiento, aquí lo hará desde la imagen fija, la fotografía. Su guionista y colaborador Jean-Paul Fargier será el encargado de terminar la película tras la muerte de Pollet.