El drama de Eurípides es puesto en escena en una enorme llanura. Cientos de extras, un par de docenas de caballos, faisanes y palomas moviéndose y bailando en el terreno, mientras la cámara se desplaza entre la multitud. Es un "tour de force" coreográfico, especialmente considerando que la película tiene apenas una docena de planos largos.