Cuando Isabel I (1558-1603), hija de Enrique VIII y Ana Bolena, se convierte en reina de Inglaterra y cabeza de la Iglesia anglicana, tropieza con la oposición de los católicos, que consideran que la legítima heredera del trono inglés es su prima María Estuardo (Vanessa Redgrave), la católica reina de Escocia. Tras el triunfo de los protestantes escoceses, María se ve obligada a abdicar en favor de su hijo Jacobo, pero, poco después, comete el error de huir a Inglaterra, donde es encarcelada y procesada por orden de su prima Isabel (Glenda Jackson), que nunca dejó de considerarla una amenaza.