Inglaterra Victoriana, siglo XIX. Una chica bastante ambiciosa (Jean Simmons) trabaja como sirvienta en la sombría mansión de un inquietante aristócrata (Stewart Granger). Cuando la mujer de éste muere, la criada empieza a sospechar del señor y acaba chantajeándolo, a pesar de que con su actitud está corriendo un grave peligro.