Año 1953. Pedro Zaragoza, alcalde de Benidorm, viaja hasta el Palacio del Pardo en su Vespa tratando de poner remedio al problema más difícil al que se ha enfrentado: la excomunión. ¿El motivo? Haber autorizado el uso del biquini en las playas del término municipal que gobierna. Pedro deber convencer a Franco de que, pese a lo exiguo de la prenda, el uso del bikini no es pecado. Para ello traza un plan, pero la inesperada presencia de Carmen, esposa del dictador, le obligará a improvisar. “Bikini” revisa en clave de comedia este episodio crucial para nuestra historia reciente.