Una pareja y sus hijos, que son de matrimonios anteriores, forman una familia muy feliz. Pero todo cambia cuando el marido muere en un accidente de coche. La tía paterna reclama la custodia de su sobrino Hugo porque entiende que los lazos de sangre que los unen prevalecen sobre Gael, su madrastra, quien quiere a Hugo como si fuera su propio hijo.