Bernard Chanticleer es un muchacho que ya ha cumplido los veinte años, pero su madre sigue tratándolo como si fuera un niño. Dispuesto a acabar con esta situación, el padre decide que su hijo se independice. Con este fin, lo obliga a abandonar la casa paterna y a trasladarse a una pensión; además, para que se gane la vida, lo contrata como empleado de la biblioteca de la que es director.