Estamos en la Edad Media. Los habitantes de un pueblo viven desde hace mucho tiempo sin la presencia en el castillo del "señor", por lo tanto felices sin obligaciones de tributos. Pero un buen día llega, seguido de un pelotón de mercenarios, el nuevo señor Aribeto. Los tributos vuelven a implantarse y, si ingeniosas son las estratagemas de los vasallos para no pagarlos, todavía más diabólicos son los trucos que Aribeto utiliza para descubrirlos.