El contable de una casa de comercio en Holanda, hombre con una especie de obsesión con los trenes, descubre al dueño de la firma en el momento en que éste va a escapar con el dinero del negocio. En una lucha que sostienen, el hombre cae en un canal y el gerente cree que lo ha matado. Tentado por el dinero, toma el Expreso de París que pasa en ese momento, abandonando a su mujer y sus hijos.