Viñetas de la vida cotidiana en la isla, recreaciones de escenas clásicas del cine (no sólo) cubano, y hasta la historia de amor platónico con un enano se mezclan con el registro de unos shows tan calientes como imprevisibles, en los que cabe desde un bateria con máscara de luchador mexicano hasta un pelotón de soldados y, por supuesto, el zapato de taco altísimo que es el símbolo de la andariega CuCu