En la época de esplendor de la Rusia zarista, las revueltas populares se suceden en contra de la tiranía que ejercen los dirigentes de un país sumido, en buena parte, en la pobreza en las zonas más humildes. Para los desertores del ejército, insurgentes y rebeldes la cárcel les aguarda, como en el caso de Petr Griniev. Durante el viaje que le debe conducir a uno de los temibles gulags, Griniev entabla amistad con el capitán Miranov, que comanda un movimiento de rebeldía pero que no cuenta con el suficiente apoyo logístico para librar con garantías una batalla contra el ejército zarista.