Norman Sandel, con el objeto de vengar la muerte de su padre y advertir al coronel Cook, compañero de armas de su progenitor, del peligro que se cierne sobre él, decide partir hacia Danger City junto con dos ex soldados que sirvieron en el regimiento del coronel y un vendedor de whisky. Una vez allí se encontrará con una situación dantesca: los secuaces del bandolero Ramón, que buscan el oro de la Confederación escondido por Cook, han sitiado el pueblo y tomado como rehenes a todos los hombres a los que torturan de forma sistemática, por lo que, junto con sus hombres, decidirá tomar partido por las mujeres y defenderlas de las acometidas de la banda de Ramón. El desigual y fatídico enfrentamiento está servido.