César es sereno en una fábrica de productos químicos desde hace más de veinte años. Una tarde recibe una carta de su hermana dónde le avisa que ha vendido el terreno familiar de la montaña. César decide abandonar su trabajo y emprende un viaje hacia esa zona, con el objetivo de recuperar la urna con las cenizas de Elena enterradas allí. Caminando se enfrenta al duelo velado por años. El territorio de su niñez ya no es el mismo, los incendios forestales, el avance de la propiedad privada lo han cambiado todo. Pero los encuentros en el camino le abren un mundo al que se había negado a enfrentar después de vivir encerrado en su trabajo.