Inglaterra, 1891. El escritor en ascenso Oscar Wilde (1854-1900) conoce a Lord Alfred Douglas, un joven noble. Con el paso de los años, mantendrán una relación íntima que será abiertamente criticada por el padre de Alfred, el marqués de Queensberry, de forma tan dura que Wilde, instigado por Alfred, decide demandar a Queensberry en 1895, acusándolo de difamación.