Retrato del nuevo rostro que adquiere el centro de Santiago durante los años 80. El paseo Ahumada junto a las manifestaciones sociales y de sobrevivencia que allí confluyen. La convivencia de vendedores ambulantes, predicadores, ejecutivos, cesantes del espectáculo que montan una "oficina" para enganchar nuevas labores, se alterna con flippers, top less y cafés que cambiaron para siempre el corazón de la ciudad.