Después de la muerte de su madre, Elisa (Claire Borotra) se hace cargo de la custodia de su hermana Audrey (Pénélope Leveque), una adolescente algo conflictiva y a la que apenas conoce. Siguiendo la última voluntad de su madre, ambas van al Monte Saint Michel, donde las dos se criaron, para esparcir sus cenizas. La segunda noche de estancia, y después de una marea, Audrey desaparece al mismo tiempo que la hija del alcalde, lo que hace pensar en una fuga voluntaria, pero Elisa no lo cree así, por lo que no parará hasta averiguar el paradero de su hermana.