Un joven madrileño llega a Puebla de las Mujeres, pueblo andaluz con la tradición de que hombre que allí llegue, allí se casa. El extranjero va a resolver asuntos de intereses de una tía que reside en el pueblo. Apenas llega se movilizan todas las mujeres, capitaneadas por la alcaldesa, para elegirle novia y armar el casorio. La designada, Juanita de la Rosa, no quiere prestarse a los manejos y él se ríe de estos alegando que tiene novia en Madrid. Cansados ambos de la situación, Rosita le aconseja que se vaya pronto. En efecto, el joven se marcha ante el asombro de todos pero sólo a Sevilla. Regresa de noche a decirle a Rosita que la quiere y pedirle que se case con él.