Guerra Civil americana (1861-1865). Las caballos que necesita urgentemente el ejército de la Unión son sistemáticamente robados por cuatreros que las conducen al Sur. Se llega a la conclusión de que dentro del fuerte debe haber necesariamente un traidor. El capitán Lex Kearney, encargado de conducir una manada de caballos, toma la precaución de seguir una ruta que nadie conoce; a pesar de ello, es atacado por los ladrones de ganado y tiene que retirarse. A continuación es juzgado por negligencia en el deber y cobardía. Kearney alega que la superioridad numérica del enemigo hubiera supuesto la muerte de sus hombres. Pero el veredicto es inapelable: Lex Kearney es degradado con deshonor. Para recuperar la dignidad perdida se infiltra en el grupo de cuatreros para descubrir qué oficial pasa información a los bandidos.