En el verano de 1977, un preso político que vive en el exilio relata las circunstancias de su fuga a un reportero: en abril de 1976, un grupo de presos de ETA político-militar planea fugarse de la cárcel, pero el proyecto fracasa cuando los guardias descubren el túnel que están excavando. Los reclusos, lejos de desanimarse, empiezan un segundo túnel. Tras ocho meses de dificultades, consiguen fugarse. Dadas las delicadas circunstancias de los últimos meses del franquismo y el despertar de los primeros brotes de democracia, la fuga del grupo tuvo sorprendentes consecuencias.