El 25 de julio de 1993, el mecánico Rubén Carolini encontraba la tibia fósil del dinosaurio carnívoro más grande del mundo. Con ella desencadenó una excéntrica trama de enfrentamientos entre intendentes, paleontólogos, directores de museo y pueblos vecinos, que incluyó tráfico de fósiles, duelos de pistola, creacionistas, ciudades arrasadas por las privatizaciones, turistas y, obviamente, dinosaurios.