Cuando un millonario firma su seguro de vida en caso de muerte, es como si por arte de magia llamara a su asesino. El mejor agente de la aseguradora investigará en su mansión los posibles motivos del crimen. Ante su sorpresa y estupor, uno a uno serán asesinados los familiares del magnate, interesados y sospechosos para cobrar el suculento seguro.