Primeros años setenta. Desencantada de los convencionalismos de la vida inglesa, la joven Julia viaja a Marruecos con sus hijos, Lucy, de seis años, y la precoz Bea de ocho. Alojados en un destartalado hotel de Marrakesh, el trio sobrevive vendiendo muñecas fabricadas por ellos mismos y con los pocos cheques que les envía su padre.