Los presos de la cárcel Rebibbia, en Roma, van a cambiar por una temporada las cuatro paredes de sus celdas por un escenario. Un director de teatro ha propuesto al director de la prisión preparar una obra de teatro protagonizada por los reclusos y éste la ha considerado una muy buena idea. La obra en cuestión es "Julio César", de Shakespeare. Durante unos meses los encarcelados se sumergen en los textos del dramaturgo británico viajando hasta lugares de su interior nunca antes inspeccionados. El trabajo que realizan es duro, pero la esperanza y las ganas por sentirse realizados son mayores. Los presos, sin embargo, no pueden olvidar sus errores, los crímenes que los llevaron hasta allí, y, aunque el tiempo que dedican a la obra alivia el desasosiego de muchos, otros se sentirán aún más presos después de conocer el arte, la libertad de la interpretación.